sábado, 3 de agosto de 2013

La Fiesta de la Cultura se abre a dos mil colectivos para que «digan lo que piensan»

La comisión organizadora, que aún espera por el permiso municipal, quiere sumar «a todo el arco progresista»

  La carbayera de Los Maizales volverá a unir el domingo 11 de agosto, veintinueve años después del último Día de la Cultura, a buena parte de la izquierda asturiana, más allá de adscripciones partidistas o sindicales concretas. Ese es, al menos, el objetivo de la comisión organizadora de la Fiesta de la Cultura, que se ha dirigido a más de 2.000 colectivos asturianos para que participen en el recuperado encuentro y «digan lo que piensan», según expresión del ex concejal Jesús Montes Estrada, «Churruca», uno de los organizadores.

«Cada uno de nosotros participa aquí a título individual, pero estamos ante una fiesta profundamente política», afirmó Montes Estrada, quien subrayó, además, que la pretensión de los organizadores es la de sumar a la Fiesta de la Cultura «a todo el arco progresita». «No habrá un pregón al uso, pero haremos público un manifiesto con nuestro planteamiento», añadió.

Lo cierto es que la comisión organizadora, en la que figuran «históricos» de la izquierda gijonesa, además de entidades como el Ateneo Obrero, la Asociación «Lázaro Cárdenas» o el Colectivo Nuberu, carece aún de algunos de los permisos municipales para celebrar la cita, según explicaron ayer los promotores, aunque la solicitud se cursó en el Ayuntamiento el pasado mes de mayo. «Quedan aún dos semanas y suponemos que aparecerá el permiso principal», señaló Montes Estrada. Sí tienen el de la Consejería de Agroganadería y Recursos Naturales del Principado, fundamental al tratarse la carbayera de Los Maizales (en realidad, de El Tragamón) de un robledal declarado monumento natural en 2003.


Montes Estrada presentó ayer junto a Luis Felipe Capellín, Luis Pascual y el cantautor Rafa Lorenzo el programa de una fiesta que se quiere «política», pero de «prau», es decir, donde las familias puede ir a comer, beber y divertirse. «La cultura tuvo un papel fundamental, aunque ahora, no importa el color de la Administración, sufre siempre recortes», manifestó Capellín. «El silencio no sirve y tampoco comentarlo sólo en los bares o en cenáculos; queremos recuperar una cultura participativa», agregó. El Día de la Cultura, antecedente de esta fiesta, fue una referencia de la izquierda asturiana desde 1972, en pleno franquismo, hasta 1984.