viernes, 9 de agosto de 2013

Domingo de resurrección

La izquierda gijonesa se reivindica en la carbayera del Tragamón con un mensaje contra las políticas de recortes

 

 
Domingo 11 de agosto, tarde: en el coso de El Bibio, toros, mantones, matones y mantillas; y en la carbayera del Tragamón, a partir de las 11 a.m., se anuncia la resurrección de la izquierda... Domingo de Resurrección, fiesta variable, dependiente de la luna, que para el 11 es nueva, y con lágrimas de San Lorenzo.

Los viejos rokeros nunca mueren, me escribió un amigo en la lápida que desde hace años tengo dispuesta para instalar en mi tumba; y de acuerdo con la máxima de D. Máximo, los rokeros de la Iizquierda gijonuda y por extensión astur, han decidido poner punto final a su exilio interior, y continuar por la hermosa senda, de afirmación y protesta que entre 1972 y 1984 marcaron en el Tragamón. Fue intento bien conseguido de la izquierda por hacerse visible frente a la dictadura. Cultura, libertad. Dictadura, represión.

Y hoy vuelve a ser necesaria la fiesta, tan necesaria como lo fue en 1972. Alguien debió enviar a los promotores del encuentro el mensaje de «levántate y anda». Y funcionó. Y se levantaron y se pusieron a andar a una, Luis Pascual, presidente y hábil volatinero; Churruca, presidente claro y cárdeno; Capellín, presidente de pequeña montura; y Rafa Lorenzo, gran artista republicano que canta al Oso que mató a Favila y canta un a «Hierro y Fuego» inspirado en Camín, que da miedo al rico y espanta al pobre; y como le ocurrió a Saulo, por culpa de la fiesta de la Resurrección de la cultura, un rayo derribó al amigo Fernando García de la presidencia de la Sociedad Cultural, donde el que fuera «camarada Tini» había puesto la semilla de aquella flor: la que hoy resucita con un mártir en su cuenta. La evidencia de una primera división.

La convocatoria, ¡ojalá! no se limite a ser la fiesta «evocadora», propia de «antiguos alumnos». Los abuelos deberían, para reverdecer laureles y remarcar la senda, hacerse acompañar por hijos y nietos... para que la cadena rota en el lejano 1984, cuando algunos tomaron la decisión de abandonar los sueños para vivir las realidades, vuelva a unirse en este tremendo 2013, en el que la derecha cerril y cabritilla ha corneado hasta hartarse las partes más nobles de las viejas y de las nuevas izquierdas...

Se quiere recomponer la cadena de la cultura cuando las cadenas del paro, la pobreza y la marginación aprietan a más de media España; cuando las de la ignorancia y la Inquisición, amenazan a la otra media; cuando una nueva genuflexión, rebaja del 10% de sueldos y salarios, -ya rebajados-, nos anuncia/pide/impone el capital transnacional, señor todo poderoso y eterno...

Las derechas cerriles y cabritillas han robado a mansalva, y hasta patrióticamente, a la madre patria. Las Bárcenas reales se extienden hoy de Pontevedra a Santander y de Valladolid a Valencia y Mallorca, pasando por Madrid...

Hacia el año 72 del pasado siglo, todo era para las izquierdas, aún silenciadas, sueños de socialismo, canciones de libertad, abrazos y reconciliaciones. Todos teníamos la certeza de que el General se iba... «Se va el caimán, se va para Barranquilla...». Y se fue. Primero su «sosía», dos años después, nos abandonó él mismo...

Es verdad que se fue, pero no del todo, lo había anunciado, y el que advierte no es traidor: «Lo dejo todo atado y bien atado»... Y Franco, señoras, señores, sigue viviendo entre nosotros. Y no solo en el «Ducado de Franco», (el fumar mata) que S.M. le ha concedido a su hija, naturalmente con grandeza de España..., (un millón de muertos nunca es cosa pequeña, ni trece rosas una bagatela); no solo en el «ducado», digo: también en el Gobierno; también en el «partido» que sostiene al gobierno absoluto; también pervive en las prácticas de «Bárcenas», de la misma forma que los ancestros de la corona respiran en Urdangarín, tan rico, tan aprovechado, tan mujeriego; y en la Conferencia de los purpurados; y en las jerarquias de la Obra..., sólo la Obra sigue dando frutos en esta España sin obras, como solo los «kikos» siguen poniendo huevos revueltos; como solo los fieles templarios del sórdido pecador Marcial Maciel, siguen regalando títulos universitarios a diestra; mientras que el nefasto Wert, auténtico «catacumbas», sigue los pasos de los viejos podencos de la patria educanda. Wert, daría envidia al ministro Orovio, más bárbaro que marqués... aunque gracias a su desvarío naciera para redimirnos de a ignorancia la Institución Libre de Enseñanza.

Y contra esta «grey» de ganado grande y pequeño, es necesario reaccionar y rebelarse... Resucitar para rebelarse. Por levantarse en Cabezas de San Juan el primero de enero de 1820, el «buen» rey Fernando VII ordenó ahorcar a Riego el 7 de noviembre de 1823, hace de esto ciento noventa años. Pero Riego vive en la historia, haciendo verdad lo de que los viejos rokeros nunca mueren...

Domingo de resurrección de la Izquierda Gijonuda en los Maizales, entre añoranzas y recuerdos. Ocasión para izar la bandera Tricolor; para recordar los artículos de la Constitución de 1931 que tiene aún hoy plena vigencia: 1º, 2º, 3º, 8º, 25, 26, 32, 4 6, 48 ... «la enseñanza será laica, hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de solidaridad humana»; el 49, etc.etc.; para reclamar un inmediato proceso constituyente; para asentar el respeto y el amor, hoy inexistentes, a los Principios democráticos; para exigir la soberanía civil y laica del Estado, hoy subordinado el clero; para reclamar sentido ético y social en la convivencia, hoy entregada al mercado; para exigir limpieza en la conducta pública, hoy llena de desvergüenza; para defender los medios que garanticen la opinión, y la educación... y la reforma fiscal, y el no pagar la deuda ilegítima, y el impulsar la ley de la Memoria histórica y la renta social básica y la sanidad universal... y blindar las pensiones... Y todo cuanto la «grey» viene destruyendo.

No sé si habrá tiempo para que la izquierda pueda concretar en una sola fiesta tantas cosas importantes, patrimonio de las izquierdas, porque en el programa de la Resurrección hay muchas cosas... Desde asturcones a poesías; desde tambores y gaitas a corte de troncos; desde tonadas a xiringüelos. Quizá tantas cosas programadas impidan a los asistentes el verse, escucharse, contarse y recontarse, para saber que la izquierda es capaz de resucitar de entre sus ruinas; para escuchar desde el Himno de Riego a la Internacional, que para eso están los del «Ventolín» y las letras de Rafa Lorenzo, Reyero, Ramos, el Ché o Nuberu.

Nostalgias de ayer... Decisión para hoy; ¿Fuerza para mañana?... La unión hace la fuerza. Lo que hay es lo que hace que haya...